Investigador titular C adscrito al Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante del Sistema Nacional de Investigadores de México (nivel III, CONAHCYT); miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias; rapporteur del Multidisciplinary Expert Scientific Advisory Group del GEO-7 (PNUMA); integrante del Comité del PRONACES Sistemas Socioecológicos y Sustentabilidad del CONAHCYT y parte del Consejo Ejecutivo de la Red Mexicana de Científicos por el Clima.
13.5.10
LOS AGROCOMBUSTIBLES NO SON ALTERNATIVA PARA FRENAR LA CRISIS ENERGÉTICA
Boletín UNAM-DGCS-292
Ciudad Universitaria.
12:45 hrs. 13 de mayo de 2010
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• Provocan la destrucción masiva de la biodiversidad y zonas forestales e implican contaminación y uso excesivo de agua, dijo François Houtart, de la Universidad Católica de Louvain
• También conllevan consecuencias sociales porque miles de campesinos y comunidades indígenas serían echados de sus tierras
Según la lógica capitalista, una alternativa para enfrentar la crisis energética a nivel mundial es la utilización de los agrocombustibles que se desarrollan bajo el principio de monocultivo; sin embargo, éstos provocan la destrucción masiva de la biodiversidad y grandes extensiones de zonas forestales.
Asimismo, implican contaminación en suelos, ríos, mantos acuíferos o mares debido al manejo de productos químicos como fertilizantes y plaguicidas, y también demandan un alto empleo de agua para el riego de cultivos, aseguró François Houtart, profesor emérito de la Universidad Católica de Louvain, Bélgica.
En el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, explicó que a partir de la producción de materias primas vegetales se generan combustibles como el etanol, que se obtiene de la caña, trigo o maíz, o bien, el agrodiesel, la producción del aceite extraída de la soya o palma.
La obtención de energía a partir de la agricultura exige la utilización de más recursos naturales para generar la misma cantidad; por tanto, resulta más dañina que la fósil. Sin embargo, se calcula que en 2025 podría cubrir 25 por ciento de la demanda energética global.
El problema, dijo, es que Europa y Estados Unidos no cuentan con las hectáreas suficientes de tierra para realizar el plantío masivo de esos cultivos, lo que implicaría que Asia, África y América Latina transformen centenares de millones de hectáreas de selva y bosque para albergar estas plantaciones.
Por tanto, no resulta una solución real para enfrentar la crisis energética, pues conlleva un desastre ecológico, así como consecuencias sociales, debido a que miles de campesinos y comunidades indígenas serían echados de sus tierras para extender el monocultivo, afirmó.
François Houtart consideró que por muchos años la humanidad creyó que la Tierra era inagotable, pero en la actualidad está constatando que es una falsedad, pues es un hecho que se agotan los recursos naturales.
Por tanto, a nivel mundial se debe modificar el ciclo de producción energética, porque si continúa con el ritmo actual de consumo es probable que en aproximadamente 50 años se acabe el petróleo y por eso resulta recomendable reducir su demanda o buscar nuevas fuentes de energía que la sustituyan.
Al impartir la conferencia magistral "Las múltiples facetas de la crisis y sus soluciones", organizada por Gian Carlo Delgado en el marco de Las Mesas Académicas de la UNAM del evento Agua, ríos y pueblos, mencionó que es necesario que las naciones realicen una gran inversión económica para investigar la situación en dicho sector y obtengan múltiples alternativas que ofrezcan una solución; sin embargo, un gran obstáculo es la reciente crisis financiera que generó deuda y desempleo a nivel mundial.
También señaló que también estamos enfrentando una crisis climática porque se están produciendo más gases de efecto invernadero y se destruyen los pozos de carbón, es decir, lugares naturales —zonas forestales y el océano— que absorben el CO2 (dióxido de carbono) que ayudan a disminuir los efectos negativos. “Anualmente se destruyen 15 millones de hectáreas de selvas”.
Por tanto, las crisis actuales que vive la humanidad nos deben hacer repensar la base de la organización colectiva económica, cultural y política.
“A través de su deslegitimación tenemos que resignificar una crítica radical a la lógica del capitalismo, no sólo porque genera abusos y excesos, sino porque conduce a la destrucción del planeta y al conflicto social”, concluyó el especialista.
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